EDICIÓN DIGITAL REVISTA GNOSIS SEPTIEMBRE 2020

GNOSIS es un funcionalismo muy natural de la Conciencia Superlativa del Ser, una “Philosofía Perennis et Universalis”. A través de la GNOSIS encontramos la senda de la Revolución de la Conciencia, que tiene tres factores:

1°. TRANSMUTACIÓN DE LA SUSTANCIA SEMÍNICA EN ENERGÍA CREADORA por medio de la clave “conexión del Phaloútero sin eyacular jamás el “Ens Seminis”.

2°. DESINTEGRACIÓN DE TODOS LOS ELEMENTOS INHUMANOS que llevamos en nuestro interior como la lujuria, ira, orgullo, pereza, codicia, gula, envidia, etc., etc.

3°. SACRIFICIO POR LA HUMANIDAD: Esta es la Ley del Cristo Cósmico. Él se sacrifica desde el amanecer de la existencia para que todos los seres humanos tengamos vida en abundancia.

ESTA PUBLICACIÓN ES PARTE DE UNA MISIÓN ESPECIAL, SOSTENIDA POR PERSONAS DE BUENA VOLUNTAD Y ESTÁ ANIMADA POR EL ANHELO  DE AYUDAR A CONQUISTAR LOS VALORES ETERNOS DEL SER ÍNTIMO.

 

EDITORIAL

El karma está relacionado con nuestro destino; planteándonos esto, ¿en qué medida nosotros tenemos libre albedrio para crear nuestro destino? Ese libre albedrio, nos dice el V. M. Samael Aun Weor, es como el espacio que queda entre el violín y el estuche del violín, es decir, es un margen mínimo.

Sobre el karma, algunos piensan que es rígido y que todo está ya programado: nuestro momento de nacer, de morir, de enfermar, de tener accidentes, de todo; estando todas nuestras recurrencias de la vida ya dictaminadas y sentenciadas. Podemos decir que en cierto modo es así, que nuestro destino está determinado y es invariable, pero ello sucede porque en si desconocemos las leyes que nos rigen, principalmente la ley del karma, la ley de recurrencia y la ley del sufrimiento; pues si conociéramos en si, por ejemplo, la ley del karma y su funcionamiento, entonces tendríamos el remedio a nuestro desafortunado destino.

Cuando se conocen las leyes que rigen nuestra vida es posible trascenderlas, porque conociendo su funcionamiento podemos evitar que influya sobre nosotros la mecánica de las leyes y trabajar para liberarnos de los condicionamientos y limitaciones de nuestro karma. La ignorancia es el peor de los males que azota a esta humanidad, ignorar como es y cómo funciona la ley del karma, nos sumerge en el sufrimiento, ya sea este individual, familiar, colectivo o mundial. Querer poner remedio a nuestro mal, a nuestra ignorancia, a nuestro sufrimiento, destino o karma, sin tener en cuenta el sacrificio por la humanidad, es algo completamente inviable. La solución a nuestro karma se inicia con el amor y la sabiduría que proporciona el amor, la cual nos permitirá amar más mejor y demostrarlo con hechos concretos por medio del sacrificio Satvico.

El V. M. Samael Aun Weor nos dice que el karma es negociable, que se puede cambiar, modificar y nos dice: “Al león de la ley se le combate con la balanza”, “Haz buenas acciones con las que poder negociar”, “o se paga con dolor o con sacrificio”. Todas estas premisas las debemos llevar a la reflexión y a la meditación para tener una mayor claridad sobre cómo debemos pagar nuestras deudas karmicas y así de esa forma poder cambiar nuestro destino. Es claro que, si no tenemos presente al amor como el remedio a nuestro karma, entonces estaremos perdiendo el tiempo miserablemente. El fundamento de nuestra morada, la morada del Ser, es el amor, siendo el remedio a nuestros males el amor, la compasión y la caridad Cristiana.

El amor debe empezar por el autoconocimiento, si pretendemos conocer que es lo que mueve nuestras vidas, como se crean las condiciones de nuestra existencia, entonces tendremos que empezar por observarnos a sí mismos, y conocer todo aquello que nos trae un beneficio y todo aquello que nos perjudica; esto significa, observar cómo nos relacionamos consigo mismos y con los demás. Nuestro karma parte de la relación que mantenemos consigo mismo y con quienes nos rodean, porque si nos relacionamos mal con nosotros mismos, inevitablemente nos relacionaremos mal con todos los que nos rodean. La divinidad no es culpable de que nosotros nos relacionemos mal consigo mismos y con los demás. Cuando odiamos a otra persona puede que le acabemos haciendo daño, pero el primer perjudicado de ese odio termina siendo uno mismo; así mismo, todas las actitudes que a nosotros nos perjudican terminan perjudicando a nuestra familia, a nuestros seres queridos, a nuestros vecinos, al país, e incluso, al mundo. Por ello el amor debe de empezar por la autoconciencia, por uno mismo, para evitar hacernos daño a nosotros mismos y a nuestros semejantes.

 

 

ADVERTENCIA
Los artículos que a continuación presentamos a la opinión publica, no son artículos de fe inquebrantable, ni dogmática, porque ante todo pensamos que nadie tiene derecho a imponer sus creencias a otras personas, por eso estos escritos no son para convencerlo que son las mejores ideas. Usted decide. Si encuentra información que le parecen conveniente, realice sus experimentos, si no le encuentra utilidad, descártelos.

 

KARMA Y DESTINO

Conocer la ley del karma o “ley de causa y efecto”, nos invita reflexionar sobre las leyes de recurrencia, el retorno y la reencarnación.

El Venerable Maestro Samael nos da una enseñanza muy clara al respecto y se nos dice que: “ley e ley y la ley se cumple”. También menciona el V. M. Samael Aun Weor que “una ley superior lava (o trasciende) a una ley inferior”. También se nos dice que el karma es negociable y que: “al león de la ley se le combate con la balanza”. Todas estas cuestiones se merecen profunda reflexión y no hay mejor modo que reflexionar al respecto que bajo la luz de Cristo.

Cristo sin duda nos ofrece la ley superior que puede lavar todas las leyes inferiores, Cristo, como se nos enseña en la Pistis Sophia, puede cambiar las esferas del destino. Bajo la luz del Cristo se puede comprender en totalidad la ley del karma, de destino, de retorno, de la recurrencia, etc. Y lo que es mejor, se puede trascender todo nuestro karma.

La ley del retorno existe en todo el universo, todo surge y regresa a sus orígenes, el mismo océano de la vida, mueve olas hacia fuera y hacia dentro, con su energía centrifuga y centrípeta; la ley de retorno de todas las cosas mueve la rueda del samsara con su evolución e involución, la ley del retorno todo lo mueve, galaxias, sistemas solares, planetas, y toda la naturaleza es impulsada por la ley del retorno, el mismo nacer y morir se mueven bajo este impulso universal. De modo que finalmente todos regresaremos al seno de nuestro origen primordial, que es el mismo “Espacio Abstracto Absoluto”, unos con más luz o conciencia y otros con menos luz.

El Cristo es la misma luz original, el Cristo sabe de dónde viene y a donde va, conoce la ley del retorno, por ello el Cristo es nuestro mejor guía y por ello dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”.
La ley de recurrencia es un asunto personal, en esta ley se implica uno mismo con sus hábitos de pensar, de sentir, de actuar, generando una mecánica ajustada en lo temporal, por ello el tiempo se repite y también se repite la historia y los acontecimientos. Esta recurrencia incesante también se ajusta a la ley de karma o ley de causa y efecto; al respecto nos decía Sri Swami Sivananda: “El hombre siembra un pensamiento y cosecha una acción. Siembra una acción y cosecha un hábito. Siembra un hábito y cosecha un carácter. Siembra un carácter y cosecha un destino”.

“El hombre crea su propio destino a través de sus pensamientos y acciones. Puede cambiar su propio destino. Es el dueño de su destino. No hay ninguna duda al respecto. Mediante el pensamiento adecuado y el esfuerzo, puede convertirse en el dueño de su destino”. Comprender el karma y nuestro destino es posible con la luz del Cristo. Entonces negociar con el karma

implicará cambiar nuestra manera de pensar, sentir y actuar; pues si pretendemos hacer un negocio con los señores del karma o destino y nosotros mantenemos nuestros mismos hábitos de pensar, sentir y actuar, entonces sencillamente no nos servirá de nada la supuesta negociación, pues sencillamente volveremos a repetir los mismos pensamientos, sentimientos y actos, volviendo a generar las mismas causa y efectos de siempre. Sin embargo, para cuestiones puntuales importantes, la misericordia divina siempre nos puede ayudar. El Cristo y el poder de su sabiduría o Pistis Sophia, nos recuerda que todo regresa al punto de partida, por ello nos guía el Cristo hacia el Espacio Abstracto Absoluto.

Cuando buscamos que la luz del Cristo nos ilumine debemos empezar a trascender todas las leyes que nos sujetan en la rueda del Samsara, para ello debemos también distinguir aquellas leyes mecánicas procesadas de modo universal y que afectan a todo como es la ley del retorno, distinguiéndola de aquella ley de recurrencia o de nuestro destino particular. La ley de recurrencia o del destino o del Karma es únicamente cuestión nuestra, es decir que hemos sido nosotros mismos los que nos hemos forjado nuestro destino, nosotros mismos hemos generado nuestros hábitos, pensamientos, emociones, deseos, etc.

Si en algún momento siguiendo la luz del Cristo, nos percatamos que los barrotes de nuestra cárcel, ósea, hábitos, pensamientos, deseos, emociones, etc., son erróneos e ilusorios, porque carecen de la misma verdad que el Cristo, entonces podremos lavar o trascender la ley de recurrencia, haciendo sencillamente caso omiso al Ego y todos sus ilusiones y perspectiva erróneas. Salir de nuestra cárcel, de nuestro destino recurrente o del karma, dependerá de la importancia o credulidad que le demos a los barrotes de nuestra cárcel, siendo estos barrotes nuestros propios hábitos, pensamientos, emociones, deseos, etc. Si en un momento dado comprendemos que nuestro Ego es solo un conjunto de “Yoes” con sus costumbres, sus hábitos de razonar, pensar, sentir, etc., y que todo ello es erróneo ante la luz de Cristo, se puede incluso de modo súbito liberarse de esa cárcel. Eso es sentir la vida libre que nos confiere la sabiduría de Cristo mediante su amor incondicional.

Jesús el Cristo nos dice: “conoced la verdad y ella os hará libres”. En la luz de Cristo podemos salirnos de nuestra jaula y sus barrotes, y ser libres como un pájaro, pero un pájaro habituado a su jaula tendrá miedo incluso de experimentar la verdad o la libertad. Volver a la jaula de nuestro destino o karma significa estar apegado e identificado con nuestros pensamientos, deseos, emociones, etc. cuanto mayor sea nuestra identificación más fuerte serán los barrotes de nuestra cárcel. Con asombro vemos que son nuestros propios miedos a la verdad y a la libertad la que nos hacen huir de la luz del Cristo. Cuando seguimos la luz de Cristo y trascendemos nuestras recurrencias y su karma, podemos observar limpiamente y sin distorsiones las leyes universales incluida la ley del eterno retorno.

Muchos pensaran que salir de esos barrotes del destino no es tan fácil, pensara que uno debe de pagar mucho karma, que tendrá que negociar cada paso en el camino hacia la verdad del Cristo; claro, si uno va cambiando sus hábitos, costumbres y modos de pensar, actuar y sentir poco a poco, sus causas y efectos se moverán poco a poco naturalmente. Ahora bien, el Cristo es revolucionario, el Cristo nos puede abrir la puerta de la jaula y mostrarnos su verdad tal cual es, si nosotros estamos dispuestos a dar el salto; salto que consiste en reconocer la falsedad de nuestro Ego, de nuestro querido “Yo”, esto es reconocer que nosotros en sí mismos sin la luz del Cristo no somos más que una mentira, una ilusión, una falsedad. Reconocer nuestra falsedad, reconocer que somos fútiles, insignificantes, finitos, etc. nos permitirá dejar de identificarnos con nuestros barrotes, con nuestras limitaciones y condicionamientos, debilitando y disminuyendo la rigidez de los barrotes de nuestro karma y destino recurrente.

 


 

LA LEY DEL DESTINO

En el ser humano existen dos factores perfectamente definidos: La Personalidad y la Esencia.

Existe también la Ley del Destino (KARMA). Esta gran Ley de Causa y Efecto controla la Esencia, pero en forma relativa a la Personalidad Humana.

Considerando las cosas de esta manera, resulta realmente muy difícil pronosticar a la generalidad de los seres humanos el porvenir, del mismo modo que resulta aventurado pronosticar el futuro de una máquina loca sometida a la ley fatal de los accidentes.

La Personalidad se forma en el hogar, en la escuela, en el medio ambiente; es el resultado de la educación, del ejemplo de la costumbre, etc. La Personalidad es el instrumento del “Yo”. Otra cosa es la Esencia (del alma), la cual es anímica. Por lo común, el embrión del Alma que todo ser humano lleva encarnado, queda detenido en su desarrollo cuando el “Yo” robustece a la Personalidad. El “Yo” es Satán en nosotros.

Un “Yo” fuerte y una Personalidad extremadamente desarrollada, son suficientes para detener el crecimiento de la Esencia. La Esencia es el embrión de Alma que todo ser humano tiene encarnado; el hombre todavía no ha encarnado su alma.

Es absurdo culpar, de todas las miserias humanas, a la Ley del Destino; no negamos la acción del karma, pero éste controla la Esencia y relativamente a la Personalidad.

Podríamos decir que un cincuenta por ciento de las amarguras de este mundo, son el resultado de accidentes. Echarle la culpa de todo al karma es absurdo. La miseria, el crimen, el robo, son el resultado de nuestra falta de Caridad. El infeliz que sólo conoció la miseria, que vio a su madre sufrir y morir agotada por el hambre, tiene que odiar a la Sociedad, tiene que declararse su enemigo mortal. No podemos culpar de éste al karma, al Destino.
Somos nosotros mismos los creadores de semejantes monstruos. “Cría cuervos y te sacarán los ojos”. Algunos fanáticos cuando ven sufrir a alguien, exclaman: “KARMA… KARMA…” y llenos de crueldad se alejan del infeliz.

Otros dicen que es castigo de Dios. Culpan de la miseria a la Gran Realidad, ignorando que ésta es paz, abundancia, felicidad, perfección. La Gran Realidad no ha creado el dolor, la miseria; somos nosotros los creadores. Es necesario comprender esto y luchar por un mundo mejor. Tenemos que remediar esta situación. Así es como se desarrolla el Embrión de Alma, así es como se robustece. Quien se sacrifica y da la vida por los demás, está en camino de llegar a tener Existencia Real. Y todo aquél que tiene Existencia Real, Encarna su Alma.

 


 

EL DESTINO, LOS ACCIDENTES Y LOS ACTOS CONSCIENTES ANTE EL DESASTRE

En el capítulo 40 de su obra: El Cristo Social, el Buda Maitreya, Samael Aun Weor, explica que: “En el mundo existen tres tipos de actos: 1º Actos nacidos del destino. 2º Actos nacidos de la voluntad consciente. 3º Actos relacionados con la ley de los accidentes.”. Dice, además, el venerable Maestro que: “El bípedo tricentrado realmente no es capaz de hacer nada; solo es víctima de las circunstancias, está sometido a dos leyes: 1º Ley del destino. 2º Ley de los accidentes. La gente le echa la culpa de todo a la ley del destino cuando en realidad las inconscientes máquinas locas tricerebradas están muy especialmente sometidas a la ley de los accidentes”.

Pero es claro que la mayoría de accidentes ocurren por la imprudencia humana. Es innegable que muchas personas mueren en medio de la tragedia derivada de desastres naturales, pero gran parte de estos, mueren por imprudentes, como consecuencia de que viven con la conciencia dormida y en consecuencia, su pensar, sentir y actual, es mecánico, automático. No se percatan de los avisos que da la Naturaleza, no están alertas y vigilantes a lo que ocurre a su alrededor; no tienen el hábito consciente del discernimiento y de allí que no distinguen situaciones nuevas, inesperadas, distintas, que les puedan advertir del peligro. Sumado a los anterior, han perdido la capacidad de la percepción instintiva de la realidad y mucho menos de las verdades cósmicas y no escuchan la voz del corazón, la voz del Padre que les pueda avisar de un peligro inminente. Tampoco podemos negar la manifestación de extraordinarios milagros que ocurren para salvar a determinada persona que no le tocaba morir. Muchos exclaman: ¡Milagro!, pero desconocen el extraordinario esfuerzo que tuvo que hacer algún ser celestial para que tal milagro ocurriese.

En otras circunstancias, en medio del desastre, se salvan vidas por la intervención decidida de alguien que toma conciencia de la gravedad del peligro y está dispuesto a salvar a quien está expuesto a la muerte. Los grandes cambios sociales en la historia de la humanidad, han sido conducidos por individuos diferentes, con cualidades superiores a los de la masa, que tomaron consciencia de que algo andaba mal y era preciso un cambio de rumbo. Esos individuos convencieron a otros y emprendieron esos cambios por el impulso decidido de su voluntad.

Es de tomar en cuenta también el orden causal cósmico. Este ha sido investigado muy a fondo por los sabios orientales. Llega un momento en que determinadas esencias perciben que su tiempo en el mundo físico está por terminar, determinadas personas pierden el anhelo de vivir o aceptan la inevitabilidad de la muerte, cooperan conscientemente con lo inevitable y se resignan a esperar la desencarnación. Pero existe también la ley de acción y consecuencia; no hay efecto sin causa. La ley física de acción y de reacción, el principio filosófico de causa y efecto en actos humanos corresponde a la ley del Karma. La sabiduría Gnóstica enseña que la ley divina interviene también a la hora de los desastres naturales y se aprovecha a cobrar deudas kármicas..

 


 

DEBEMOS VENCER AL DESTINO Y A LA LEY DEL KARMA

El Cristo Jesús en su calidad de gran Sacerdote Gnóstico dijo: “Yo no he venido a traer paz a la tierra, he venido a dividir la familia, he venido a dividir padre y madre contra sus hijos y hermanos contra hermanos, he venido a dividir dos contra tres, el padre y el hijo (al padre y al alma contra sus “Yoes” hermanos) tres contra dos y dos contra tres”.

La fuerza y el alma (contra tres, la Ley del Karma, el Destino y el espíritu inmundo). “La Fuerza es el Soplo del Cristo en el Alma”. “La lucha es a muerte dos contra tres y tres contra dos”. “Así el alma se separa de sus familiares los “Yoes”. La Ley del karma es medicina para el alma. La Ley del Karma es El Poder Rostro Del León. El Poder Rostro de León es el Policía del Karma.

Pistis Sophia mediante el auxilio divino, vence El Poder Rostro Del León y la Ley de la katancia. Nuestro resplandeciente Dragón de Sabiduría tiene tres aspectos. Estos son: Padre, Hijo y Espíritu Santo. El Padre es luz y vida; el Hijo es el agua y la sangre que manó del costado del Señor con la lanza de Longibus. El Espíritu Santo es el fuego de Pentecostés o Fuego del Espíritu Santo, llamado por los indostaníes Kundalini, la Serpiente Ígnea de nuestros mágicos poderes, fuego santo simbolizado por el oro.

Se peca contra el Padre cuando decimos mentiras. Se peca contra el Hijo cuando odiamos a alguien. Se peca contra el Espíritu Santo cuando fornicamos. El Padre es la Verdad. El Hijo es Amor. El Espíritu Santo es el Fuego Sexual.
Cuando el hombre llega al estado humano, adquiere el don del libre albedrío para poder elegir voluntariamente e involuntariamente el bien y el mal, pero sus sentidos son totalmente erróneos debido a los defectos adquiridos a través de su existencia. A estos defectos le dan el nombre de pecados en algunas religiones, esos defectos hacen defectuosos nuestros sentidos, es decir nuestros informantes. Así, el mentiroso hace que sus sentidos no puedan ver la realidad tal como es, y hace que cada ladrón juzgue por su condición, y la Biblia dice: “Prenden al impío sus propias iniquidades”.

Nosotros para mejorar nuestros sentidos, hacemos una lista de nuestros defectos. Una vez conocidos, los analizamos y nos damos cuenta que podemos vivir sin necesidad de ellos. El hombre o la mujer iracundos pueden darse cuenta que toda su personalidad mejora si son capaces de combatir la ira. La ira es odio, y el que odia peca contra el Hijo que es Amor, de modo que jamás la persona que odie podrá sentir la gracia del Amor, con la cual podemos manejar las fuerzas de la naturaleza. El que miente peca contra el Padre que es verdad y jamás podrá recibir las dádivas que el Padre da, como la Paz, Sabiduría, etc. Entre más mienta, más imperfectos serán sus sentidos, más se aleja del Ser al cual busca.
Se habla también sobre la castidad científica, es decir, el aprovechamiento de la Energía Creadora en su totalidad. La sabiduría Gnóstica le enseña a transformar su propia simiente en luz y fuego. Con la Luz de ese Fuego, podemos salirnos del laberinto que hemos formado a través de nuestras mal orientadas existencias. Podemos formar al Cristo Interno en nuestro corazón y conquistar el camino Angélico o Devico o por lo menos, llegar a hacer un Super Hombre. Desafortunadamente, el animal intelectual equivocadamente llamado hombre es como una casa llena de mucha gente.

No existe orden ni concordancia alguna entre los múltiples “Yoes”, todos ellos riñen entre sí y se disputan la supremacía. Cuando alguno de ellos consigue el control de los centros capitales de la máquina orgánica, se siente el único, el amo, empero al fin es derrocado. Considerando las cosas desde este punto de vista, llegamos a la conclusión lógica de que el mamífero intelectual no tiene verdadero sentido de responsabilidad moral. Incuestionablemente lo que la máquina diga o haga en un momento dado, depende exclusivamente del tipo de “Yo” que en esos instantes la controle. Dicen que Jesús de Nazareth sacó del cuerpo de María Magdalena siete demonios, siete “Yoes”, viva personificación de los siete pecados capitales.

Obviamente cada uno de estos siete demonios es cabeza de legión, por ende debemos sentar como corolario que el Cristo íntimo pudo expulsar del cuerpo de la Magdalena millares de “Yoes”. Reflexionando todas estas cosas podemos inferir claramente que lo único digno que nosotros poseemos en nuestro interior es la Esencia, desafortunadamente la misma se encuentra enfrascada entre todos esos múltiples “Yoes” de la Psicología revolucionaria. Es lamentable que la esencia se procese siempre en virtud de su propio embotellamiento.

Incuestionablemente la esencia o conciencia que es lo mismo, duerme profundamente y necesitamos despertarla para poder cambiar nuestro destino. Mientras seamos el habitáculo de todos esos demonios, de todos esos Egos o “Yoes”, nunca, jamás, podremos cambiar nuestro destino, porque esos elementos infrahumanos nos incitan a cada instante a contraer más karma. Si contraemos más karma, no serán suficientes los esfuerzos que hagamos para pagar a la justicia divina lo que le debemos, es decir, nuestras deudas karmicas, porque cada “Yo” por medio de sus pensamientos, sentimientos y actuación, nos va sumergiendo cada vez mas en los mundos infiernos.

Para vencer al destino es indispensable pagar nuestro karma, y esto lo vamos logrando por medio del sacrificio por la humanidad y la desintegración de todos los agregados psicológicos o “Yoes” que tienen su morada en nuestro espacio psicológico. Ellos son los responsables de todas nuestras desgracias, de todo nuestro sufrimiento.

El enjuiciamiento de cualquier “Yo” debe ser definitivo, necesitamos sentarle en el banquillo de los acusados y juzgarle despiadadamente. Cualquier evasiva, justificación, consideración, debe ser eliminada, si es que en verdad queremos hacernos conscientes del “Yo” que anhelamos extirpar de nuestra psiquis. Ejecución es diferente; no sería posible ejecutar a un “Yo” cualquiera, sin haberle previamente observado y enjuiciado. La oración en el trabajo psicológico es fundamental para la disolución. Necesitamos de un poder superior a la mente, Si es que en realidad deseamos desintegrar tal o cual “Yo”. La mente por sí misma nunca podría desintegrar ningún “Yo”, esto es irrebatible, irrefutable.

Nosotros debemos apelar a Dios Madre en Nuestra Intimidad. Si es que en verdad queremos desintegrar “Yoes”. Nuestra Madre Divina particular, individual, mediante sus poderes flamígeros puede reducir a polvareda cósmica a cualquiera de esos tantos “Yoes” que haya sido previamente observado y enjuiciado. Cualquier intento de cambiar nuestro destino, por grandioso que este sea, si no tiene en cuenta la necesidad de disolver el Ego, está condenado al fracaso.

 


 

EL SACRIFICIO POR LA HUMANIDAD Y SU INFLUENCIA POSITIVA EN NUESTRO DESTINO

El tercer factor de la revolución de la conciencia es el del sacrificio por la humanidad. Es necesario amar a nuestros semejantes, pero el amor hay que demostrarlo con hechos concretos, claros y definitivos. Jesús El Cristo dijo: “En que os améis los unos a los otros, probareis que sois mis seguidores”. Más no sería posible cumplir con este precepto Crístico, en tanto continúen dentro de nosotros los “Yoes” del resentimiento y del amor propio.

Si nosotros trabajáramos con el primer y segundo factor de la revolución de la conciencia: el de Nacer y Morir, pero no amáramos a nuestros semejantes, no hiciéramos nada por llevar la luz del conocimiento a otras gentes, pueblos y lenguas, caeríamos en un egoísmo espiritual, muy refinado, que nos impediría todo avance interior. Si solamente nos preocupamos por nosotros y nada más que por nosotros, olvidándonos de tantos millones de seres que pueblan el mundo, incuestionablemente nos auto-encerramos en nuestro propio egoísmo. En esa forma, el “Yo” del egoísmo no nos permitiría la Iluminación. La razón de ser de la iluminación es alumbrar a otros en el camino.

No basta decir que amamos a nuestros semejantes; no, hay que demostrarlo con hechos, hay que estar dispuestos a subir al ara del supremo Sacrificio por la Humanidad, hay que levantar la antorcha de la sabiduría, para iluminar el camino de otros; hay que estar dispuestos a dar hasta la última gota de sangre por todos nuestros semejantes. Con amor verdadero, desinteresado, puro. Debemos comprender que toda la humanidad es una gran familia. Desgraciadamente, estamos embotellados en muchos afectos y consideramos únicamente como familia a unas pocas personas que nos rodean, lo cual es egoísmo; porque todos los seres humanos, sin excepción de razas, credo, casta o color, somos una sola familia. Esa familia se llama humanidad.

Se hace indispensable ver en cada persona un hermano, somos una familia; una sola gran familia que no debería estar dividida, una familia enorme que puebla la tierra y que se llama humanidad. Si nosotros queremos la felicidad, debemos luchar por la felicidad de otros. Mientras uno más da, más recibe, pero el que nada da, hasta lo que no tiene le será quitado. Existen tres tipos de sacrificio relacionados con las tres Gunas (aspectos o cualidades en sánscrito). Llamadas
respectivamente: Sattva, Rajas y Tamas, Podemos traducir de una manera aproximada los tres Gunas como sigue: Sattva: bondad, pureza, armonía, lucidez, verdad, realidad, equilibrio, etc.; Rajas: pasión, anhelo, actividad, lucha, inquietud, afán, dolor, etc.; y Tamas: inercia, apatía, tenebrosidad, confusión, ignorancia, error, etc.

El sacrificio Satvico se hace según los mandamientos divinos, concentrándose en el culto, sólo por el culto, por hombres que no desean el resultado. El sacrificio Rayasico se hace por tentación y deseando los frutos. El sacrificio Tamasico se hace siempre contra los mandamientos, sin fe, sin los mantram, sin caridad para con nadie, sin amor a la humanidad, sin ofrecer el óbolo sagrado a los sacerdotes o Gurús, etc., etc., etc. El tercer factor de la revolución de la conciencia es el sacrificio, pero el sacrificio Satvico, sin desear el fruto de la acción, sin desear recompensa; sacrificio desinteresado, puro, sincero, dando su vida para que otros vivan y sin pedir nada en recompensa.

La ley del Logos Solar es sacrificio. Él se crucifica en el amanecer de la vida en todo nuevo mundo que surge del caos, para que todos los seres tengan vida y la tengan en abundancia. Todo aquel que anhela el nacimiento segundo, debe sacrificarse por la humanidad, levantar la antorcha bien en alto para enseñar a otros el camino que conduce a la luz.

Por este motivo, nosotros debemos dar lo que estamos aprendiendo; mientras más demos, más recibiremos. Conforme vayamos enseñando a otros, la iluminación irá viniendo a nosotros. Más si nosotros nos guardamos la enseñanza tampoco habrá Luz para nosotros.

No hay que esconder la llama debajo del celemín, tenemos que levantarla bien en alto para iluminar el camino de nuestro prójimo. A medida que nosotros preconizamos aquello que hemos aprendido, aquello que se nos ha enseñado, la Luz irá viniendo a nosotros.

No sería posible, pues, aguardar a que estuviésemos completamente iluminados para luego iluminar al mundo. Tenemos que lanzar al público las verdades que hemos aprendido, las verdades que los maestros nos han enseñado, aquéllos “Granos de Luz” de los cuales nos han hecho depositarios.

Cuanto más trabajemos en la Gran Obra del Padre, más y más podremos ir experimentando, en sí mismos, lo que estamos preconizando. Más si nosotros (egoístamente), no entregamos a los demás lo que sabemos, tampoco podremos un día vivenciar las enseñanzas trascendentales del espíritu.

¡Dejemos a un lado el egoísmo, entreguemos a otros lo que hemos aprendido! Conforme así lo hagamos, la Luz vendrá a nosotros, y un día vivenciaremos la cruda realidad de eso que nos han enseñado… Caros lectores, ha llegado la hora de practicar la Caridad enseñada por los Maestros y Sacerdotes de todos los tiempos… Las palabras que se dijeron entre el arrullo de las palomas y bajo los pórticos sagrados de todos los Templos, deben ahora convertirse en realidad concreta… La CARIDAD CONSCIENTE es el bálsamo que puede consolar nuestro adolorido corazón.

 

Le dice Jesús: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes,
y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme.

Mateo 19:21

 



Para vivir sin drogas

ÉXTASIS: UN PELIGRO PARA LA SALUD Y ADULTERADO ES MAS LETAL.

Nada puede ser peor para la salud que el consumo de drogas. Bueno, casi nada. Las drogas adulteradas guardan aún más peligros que las sustancias originales y eso ya es mucho. Es lo que está sucediendo con el éxtasis en la actualidad, que ahora se produce con sustancias que lo hacen mucho más adictivo, nocivo para el organismo y hasta fatal. El consumo de éxtasis está en franco crecimiento. De acuerdo a los últimos datos de organismos especializados en el tema, su consumo aumentó en un 1000%.

La MDMA conocida como éxtasistiene la capacidad de desinhibir, de aumentar los niveles de excitación debido a que libera en abundancia la sustancia neuronal serotonina, encargada de transportar a la persona a un clima de pseudofelicidad, con una mejora del humor y hasta un cierre del apetito. Por años, la MDMA era el único componente del éxtasis, pero desde hace un tiempo esto ya no es así. Un médico psiquiatra y experto en adicciones, explicó que: “De acuerdo a los últimos informes de nuestros organismos oficiales las pastillas de éxtasis están viniendo de diferentes maneras. ¿Qué se han encontrado dentro de estos comprimidos? MDMA, que es el principio activo del éxtasis, acompañado de cocaína, ketamina y PMMA”.

Además, el especialista sostuvo que si bien estas son “las sustancias que priman dentro de los comprimidos” también se hallaron catinonas sintéticas, “en algunos casos son catinonas 100% y en otros casos en conjunto con el MDMA”.
“Y ya sabemos, a la vieja usanza, que hay pastillas que vienen con LSD. Y dentro de estas pastillas que vienen con ácido lisérgico, hay pastillas que vienen con una gota, dos o tres gotas, lo que lo convierte claramente en una bomba. Por eso, seguimos insistiendo que el mayor problema que se tiene es el policonsumo. No solamente por la cantidad de sustancias que hay en el mercado, sino el policonsumo dentro de un solo comprimido”. Los peligros de los nuevos comprimidos
“Dentro de los riesgos de este consumo, el cuadro primario tiene que ver con un sindrome serotoninérgico. Esto va a aumentar la temperatura corporal, la persona va a tener hipertemia, taquicardia, arritmia, aumento de la presión arterial”. “Y pueden tener hemorragias cardíacas y cerebrales y llevando esto a la falla multiorgánica y llevando esto al paro cardiorespiratorio”.

“Sumado a esto, la importancia de los cuadros pisquiátricos: esquizofrenias, psicósis agudas tóxicas, que comprenden delirios, alucinaciones, conducta paranoide, ideación suicida, en muchos casos ataques de pánico, cuadros de extrema ansiedad y angustia”. Los efectos inmediatos y los peligros mediatos Diferentes especialistas aseguran que las nuevas generaciones, como los Millennial y los Centennials, buscan todo aquello que genere desinhibición, que eleve los niveles de excitación. Y la MDMA tiene esa capacidad, ya que mediante la liberación en abundancia de la sustancia neuronal serotonina, se transportan a un clima de pseudofelicidad, con una mejora del humor y hasta un cierre del apetito.

Una especialista explicó que la droga tiene dos caminos: la de los efectos neuronales inmediatos y, por otro, la de los efectos orgánicos subterráneos.

“Hay una sensación de estimulación mental, se siente mayor empatía por el otro, como un bienestar general, ya que disminuye la ansiedad”, dijo. Y agregó: “Es un estimulante, los jóvenes bailan por horas sin saber o notar que esto tiene un precio”. Sin embargo, detrás de este ‘estado de felicidad’ se encuentran los verdaderos efectos, los que permanecen en el cuerpo, lo que trastornan el normal funcionamiento de la salud. Efectos como la náusea, los escalofríos, la sudoración o la contractura involuntaria de los músculos de la mandíbula, calambres musculares y la visión borrosa son solo la cáscara de males mayores. La MDMA se absorbe de manera rápida en el torrente sanguíneo y una vez dentro, los metabolitos afectan el metabolismo del cuerpo, interfiriendo con su habilidad para descomponer la propia droga. Como resultado, se pueden producir concentraciones inesperadamente altas en la sangre, lo que podría empeorar las consecuencias cardiovasculares y generar nuevos efectos tóxicos.

“El organismo llega a niveles límite de resistencia y puede tener consecuencias fatales. Aumenta de manera feroz la temperatura corporal, se pueden producir fallas en los riñones y hasta surgir problemas cardíacos”. Además, las pastillas también pueden tener “efectos devastadores a nivel psicológico”: “Este tipo de drogas no está tipificada. No hay manual que reproduzca a ciencia cierta lo que contienen, entonces los médicos ante cada caso se encuentran con un nuevo desafío. No se sabe qué tiene cada comprimido”. “El mayor riesgo radica en el grado de toxicidad, ya que pueden ser letales. Además, afectan todo el aparato cardiovascular, produciendo arritmias, aumenta la presión y hasta puede generar accidentes cerebrovasculares”, dijo.

Además, pueden desencadenar “aneurismas que no fueron detectados con anterioridad y provocar un ACV”. Cualquier tipo de adicción a las drogas se debe a nuestros defectos psicológicos, a nuestros “Yoes”. Esos “Yoes” se mantienen vivos y se nutren cada vez que se cae en el consumo de drogas. Lo grave de esta situación, es que siempre que se siga alimentando al Ego, éste se fortificara más y más, con lo que conseguirá mayor poder de control sobre el individuo que consume drogas, actuando en su psiquis y sobre su organismo, obligando a esa persona a caer nuevamente en el vicio para así lograr su alimento. Es fácil concluir que eso se torna como una “pelota de nieve”, una situación que inicialmente era pequeña se transformará inevitablemente en algo totalmente enorme, sin control. Ya fortificado el defecto, se hace muy complicada su eliminación, con lo que el interesado en dejar la adicción a las drogas debe luchar firmemente contra un enemigo bien establecido y con un enorme poder que el mismo le dio.

 

Frente Mundial de Salvación del Planeta

CONSECUENCIAS DE LA MINERÍA EN LOS PARAMOS

 

Los páramos son ecosistemas presentes sólo en Colombia, Ecuador, Perú, Venezuela, Costa Rica y en menor medida en Panamá. El 49% de los páramos del planeta se encuentran en Colombia. Su superficie asciende a algo menos de 2 millones de hectáreas o al 1,7 por ciento de la extensión total del país; su producción hídrica sólo equivale al 2 por ciento y, sin embargo, aportan agua para el 70 por ciento de la población colombiana ubicada en las zonas andina y de los valles interandinos.

Fundamentales como reguladores de agua en escalas regionales y macro regionales, los páramos están configurados geomorfológicamente para ser receptores de agua y principales zonas de recarga de acuíferos. ¿Cuál es el conflicto de la minería en los páramos? Colombia cuenta con legislación que busca proteger y conservar los páramos. Vale la pena resaltar el artículo 34 del Código de Minas, según el cual “no podrán ejecutarse trabajos y obras de exploración y explotación mineras en zonas declaradas y delimitadas conforme a la normatividad vigente como de protección y desarrollo de los recursos naturales renovables o del ambiente…”. Estas zonas deberán ser delimitadas por la autoridad ambiental sobre la base de estudios técnicos.

Impacto que tendrá la minería en los páramos Dicen quienes se consideran expertos en estos asuntos, que la minería genera impactos predecibles y de largo plazo. No obstante, si se tiene absoluta claridad sobre ellos, también es posible tener un plan de manejo y una estrategia que permita reducirlos. Si la minería en los páramos se ejecuta, los daños colaterales serán inevitables y muy severos, formando parte del costo que debe pagarse.

Ahora veamos desde la perspectiva ambiental algunos impactos ciertos:

  • Modifica la topografía y el paisaje.
  • Altera el carácter físico, físico-químico y químico en el suelo y subsuelo.
  • Ocasiona infertilidad o permite el paso de contaminantes a través del agua, dada la remoción superficial del suelo y la de los materiales de cobertura.
  • Genera taludes (suave pendiente, normalmente entre 2º y 5º, que separa el borde de la plataforma continental; situada a unos 200 m de profundidad media; de la zona abisal; por debajo de los 1.800 m); que modifican ostensiblemente las formas y las pendientes naturales de las laderas por donde discurren cauces menores.
  • Cambia el comportamiento mecánico del suelo y evita la formación y acumulación de materia orgánica y el intercambio de gases con la atmósfera.
  •  Produce contaminantes gaseosos, líquidos y sólidos que de forma directa o indirecta recibirá el suelo.
  • Altera la capacidad de regulación hídrica y produce pérdida irreversible de la función del soporte físico de ecosistemas.
  • Disminuye caudales y altera el sistema de drenaje natural.
  • Altera el nivel freático y de los ciclos hidrológicos.
  • Desvía e interrumpe caudales por disposición de estériles.
  • Afecta los hábitats naturales de la fauna y la flora.

Riesgo de la minería en los paramos
Por ejemplo, algunos parámetros críticos han sido tomados con base en condiciones climáticas de tiempo seco. Los expertos sugieren realizar análisis de sensibilidad en rangos que permitan entender qué puede pasar, por ejemplo, frente a un probable deslizamiento de la escombrera, en condiciones extremas, que pueden presentarse, pues los regímenes de lluvia se han modificado. Es el riesgo climático. Resulta legítimo preguntarse cuál es el límite tolerable de riesgo que la comunidad puede aceptar conscientemente, con todas sus consecuencias. Existen varias categorías de riesgo y un buen plan de manejo va más allá de plantear cómo funciona normalmente un proyecto desde la perspectiva técnica.

Riesgos sociales
Rara vez se asocia el tema con la violación de derechos humanos y menos aún con el agravamiento de la pobreza y la inequidad social, pero detrás de ella también se esconden graves riesgos sociales

  1. La apropiación de las tierras de las comunidades locales.
  2. Los impactos en la salud.
  3. La alteración de las relaciones sociales
  4. El cambio en el uso de suelo
  5. La destrucción de las formas de sustento y de vida de las comunidades.
  6. La desintegración social.
  7. La afectación a las organizaciones sociales y comunitarias.

La gran minería supone la sustitución de las economías de subsistencia que han alimentado a generaciones enteras, por una economía basada en el dinero en efectivo. En efecto y sólo como ejemplo un escenario repetitivo en un tema socialmente importante: las compañías habitualmente sólo negocian con hombres. Esta economía implica deterioro o incluso destrucción de los valores y costumbres tradicionales que han sido esenciales en el sostenimiento de la solidaridad y la unidad familiar de estas comunidades.

En este proceso, la mujer es cada vez más marginada, ya que sus roles tradicionales como recolectora de alimentos o abastecedora de agua resultan muy afectados. La visibilidad económica depende del trabajo en la esfera pública. Pero por otra parte recordemos que el abuso del alcohol, el ingreso de las drogas, la prostitución, las apuestas, el incesto y la infidelidad aumentan en muchas comunidades mineras. Lo cierto es que la minería en los páramos genera impactos ciertos y riesgos enormes para las comunidades que se ven beneficiadas por las bondades que ofrecen los ecosistemas de paramos, por lo tanto, cualquier decisión para una intervención minera debe inclinarse necesariamente hacia la protección de medio ambiente y del componente social.

 

 

¿Cómo eliminamos un defecto psicológico?

V.M. Smael Aun Weor
Es urgente estudiar la Gnosis y utilizar las ideas prácticas que damos para trabajar seriamente sobre sí mismos. Sin embargo, no podríamos trabajar sobre sí mismos con la intención de disolver tal o cual “Yo” sin haberlo observado previamente.

La observación de sí mismo permite que penetre un rayo de luz en nuestro interior. Cualquier, “Yo” se expresa en la cabeza de un modo, en el corazón de otro modo y en el sexo de otro modo. Necesitamos observar al “Yo” que en un momento dado hayamos atrapado, urge verlo en cada uno de estos tres centros de nuestro organismo. En relación con otras gentes si estamos alertas y vigilantes como el vigía en época de guerra, nos autodescubrimos.

¿Recuerda usted a qué hora hirieron la vanidad? ¿Su orgullo? ¿Qué fue lo que más le contrarió en el día? ¿Por qué tuvo esa contrariedad?
¿Cuál es su causa secreta? Estudie esto, observe su cabeza, corazón y sexo. La vida práctica es una escuela maravillosa; en la interrelación podemos descubrir esos “Yoes” que en nuestro interior cargamos.
Observación, juicio y ejecución, son los tres factores básicos de la disolución.
Primero: Se observa.
Segundo: Se enjuicia.
Tercero: Se ejecuta.
Cualquier incidente de la vida por insignificante que parezca, indubitablemente tiene por causa un actor íntimo en nosotros un agregado psíquico un “Yo”.